LITERATURA: HISTORIA Y FILOSOFÍA

DEL REUERDO AL RECUERDO

De un momento a otro todo cambia: tenía por lo menos unos años desde que había dejado los lugares concurridos por las pandillas, eso es lo menos relevante en la colonia donde vivo, decidí andar nuevamente por el camino de las personas que anhelan conseguir un lugar especifico y por lo menos acomodado en la ciudad, en verdad que fue algo difícil de alcanzar, luego de haber pensado a quien visitar, recordé que «Simbi» el buen amigo de la infancia concretó su meta la cual inicialmente era consumar una organización que traficará con todo lo que se pudiera, en otras palabras; mover drogas y armas en todos los aspectos que fuere necesario, y de dicha manera derrocar a los distintos narcomenudistas del barrio, lo primero que dijo al verme fue: Chivato, es un gustazo verte nuevamente, pasa, pasa, siéntate y dime que te trae por estos lugares tenebrosos y sobre todo peligrosos para las personas que no entienden las necesidades de una colonia como la nuestra, pero bien, no más tonteras y relájate un rato; una cerveza por favor para el Chivato que después de casi diez años se digna a visitarnos, no vallas a decir que no tomas porque no me la creo, si no nos haces un favor menos un desprecio, si, claro, claro que sí la acepto, Chivato, vamos a recordar la edad de las resorteras, trompos, canicas y uno que otro mata perros, ja,ja,ja, sí, seguro que recuerdo aquellos momentos cuando tirabamos hacia los camiones en la avenida principal, rompíamos los cristales de las viejas escandalosas, y que después iban a reclamar a la casa de mi abuela, un cigarro para el Chivato qué le hace falta oxigeno y de paso una cerveza más que lo veo medio sediento, hace no más de una semana que vinieron los puñetas del barrio contario, seguro que los recuerdas mi Chivato, los mismo que te zapatearon en el callejón ese diciembre cuando finalizó la posada, sí, como no lo voy a recordar si me mandaron al hospital general, pero no recordemos tragedias, mejor hablemos de cuando nos brincábamos a la fabrica de Cristal perfecto y sacábamos por lo menos tres mochilas repletas de gemas y todo tipo de canicas, ja,ja,ja,ja, sí, el vigilante se quedaba comiendo moras mientras nosotros saqueábamos sin piedad, pero qué recuerdos aquellos mi camarada Simbi, cómo no los voy a recordar si mi madre me daba mis chingadazos por llegar tarde y todo raspado por brincarnos al terreno privado con tal de recolectar palos para papalotes, jajajaja, Chivatillo, vamos a quemarle las patas al diablo, na, na, na, paso sin ver, mejor otra cerveza y un tabaco de salva, eso si lo acepto sin reproches y sin miedo, Chivato ponte chido porque en media hora vamos a realizar una misión; explotar el auto de un buchón que merodea el barrio, recuerda que somos los mismos que empezamos con el juego, en un minuto debe realizarse la acción, pues para mañana es tarde, así que adelantémonos al tiempo: una garrafa con gasolina, un poco de tela y un pequeño encendedor: todo ha explotado, pero como son las cosas Simbi que de un momento a otro la situación cambia de principio a fin, bien, bien, bien: los papalotes, las canicas y las resorteras se fueron y ahora sólo quedamos en el recuerdo de los tiempos renombrados por la desobediencia…

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