¿Te apetece un…?

Cuenta la leyenda o creencia urbana que el vino sin alcohol, también es delicioso. Hablamos simplemente del jugo, jugo de uva.  Es una bebida de sabor indefinido para algunos, ya sea por la sensación amarga que deja en el paladar, el atarantamiento de la lengua por su dulzura o la consistencia al momento de ingerirla, lo cierto es que es una bebida que puede ser tanto estimada como sobrevalorada. La estimación se la podemos atribuir los pequeños niños, enoriginal_PRODUCTOS_JUGO_UVA_2010 las escuelas primarias que aman la bebida, normalmente gasificada, con alto contenido de azúcar. La sobrevaloración es por parte de aquellos que sabemos que, la mayoría de los jugos de uva, son solo colorante morado con agua. Un vaso de químicos disfrazado con un velo colorido y alegre que trata de seducirte para su compra.

Si el vino es una bebida creada para que la gente se suelte, ¿el jugo de uva, qué es su ancestro, no tendrá un efecto similar? Las probabilidades son casi nulas, pero los datos registrados por nutriólogos informan que el misterioso jugo de uva en realidad parece ayudar de varias maneras. Por ejemplo, John D. Folts, Ph. D., profesor de Medicina en la Universidad de Wisconsin en Madison indica que “los flavonoides del jugo de uva figuran entre los antioxidantes más poderosos que hay; incluso es posible que sean mejores que las vitaminas C o E”. Estos antioxidantes ayudan, de manera indirecta, a la oxidación del colesterol, ayuda a proteger de esta enfermedad cardíaca.

El jugo de uva al que hacemos referencia, no es precisamente aquel que está en una botella de plástico adornada con una calcomanía igual de llamativa que el nombre de su marca. Hablamos del jugo en sí. El sabor y aroma, el líquido que se obtiene de exprimir este fruto en la boca. Hay una pequeña explosión instantánea de sabores. El paladar se somete al néctar.  Se puede suponer incluso que, antes de que tengamos el fruto en la boca, el paladar ya se prepara para lo que se avecina; la preparación podría ocurrir, incluso, cuando se agita el racimo suavemente para comprobar el estado de las uvas.

Hay muchos colores que se pueden obtener de las uvas. El más común: morado. Pero, ¿no solo hay una uva morada en el mundo? ¿Es así? No. Hay variedad de color, tamaño, aroma, sabor en el fruto, en la forma de los racimos, en las propiedades mismas. Azul, rosada, verde, morada, las más populares.  Los grandes emporios de la alimentación noscomida-organica--jugo-de-uva--plantas--comida-vegetariana_3220836 han vendido la idea del jugo dulce, que es empalagoso la mayoría del tiempo, refrescante y divertido es un jugo morado. La mayoría de nosotros hemos caído en esta creencia. Fue fácil hacerlo, después de todo, no todos los días, se va al supermercado, se compra racimos de uvas, se llega a casa y lo primero que se  hace es sacar un exprimidor de uvas para tener extracto que beber. Hacer eso, colar y separar, escoger, degustar, agregar y quitar, resulta una, en tanto tediosa, por lo que ir al pasillo del supermercado con el letrero de jugos y azucares es más práctico.

Dionisio realmente no necesitaba crear vino para los dioses, bastaba con entregarles los mejores de sus racimos para mantenerlos contentos y alegres.  La uva y el jugo de la misma ya son deliciosos sin nada que intervenga en el proceso, no calcomanías, publicidad, azúcar, botellas de plástico. A veces, recurrimos a las marcas prestigiosas de jugos, como HERDEZ, JUMEX, DEL VALLE, meramente por comodidad, esto está bien, pero tenemos que recordar que esa comodidad nos cuesta aproximadamente un 36% más de azúcar en el sistema. Podemos seguir bebiendo, además resulta bastante irónico que el néctar de una fruta que ayuda para las enfermedades cardiovasculares, pueda ser, causa de ellas, gracias a algunas marcas.

Letras rítmicas.

Es curioso que personajes salidos de obras literarias lleguen a tal grado de ser populares, que seres que no han descubierto el placer de la lectura, conozcan de su ‘existencia’. Un caso clásico de esto es la figura del donjuán; la temida figura del joven educado y atento con las féminas, esa pesadilla que las madres y los padres de bellas damiselas temen, tuvo auge en la literatura española en el siglo XIX, gracias a Tirso de Molina y a una de las obras de teatro españolas con más representaciones, Don Juan Tenorio, de José Zorrilla.

Al igual que con el mencionado rompecorazones, existe la leyenda de un hombre enmascarado, diestro en muchas artes (como la música y la arquitectura), incomprendido y rechazado por su propia familia y la sociedad en la que, lamentablemente, le toca presenciar. No, no es V de V de Vendetta, pero tienen bastantes similitudes. Querido lector, ¿quisiera intentar adivinar una vez más? Una pista más, vive bajo un teatro en Francia.

Portada de una de las ediciones francesas de la obra.

Si logró adivinar, ¡enhorabuena! Esta figura fantasmal fue fruto de la fusión de una historia real, una novela y la imaginación del francés Gastón Leroux, allá por el emblemático año de 1910, en la famosa capital parisina. Cabe mencionar que el autor fue uno de los primeros periodistas en cubrir el principio de la revolución bolchevique, en Rusia. Cuenta con más de treinta novelas que viajan a través de géneros como el terror, policial y demás. Como se mencionó con anterioridad, en 1910 Gastón publicó la obra que cuenta la dramática historia entre el fantasmagórico Erik, la diva Christine y el amor de infancia de ésta, el vizconde Raoul.

Por supuesto, una obra tan original como esta no pudo ser ajena al deseo de homenajearla tanto en teatro, música, filmes e, incluso más libros donde muchos personajes se encuentran con el personaje principal de tan interesante libro. Pero, lo que le trae a usted, amable lector (a), es la pieza musical que habla de tal, ¿no? Pues, de hecho existen catorce canciones que hablan de la historia que tanto se ha aludido esta noche, mas, la que le ha traído aquí, es de la afamada banda británica Iron Maiden, la cual no es ajena a este espacio.

Portada del segundo disco de Iron Maiden

Esta obra musical, fue lanzada en 1980 y desde ese entonces se convirtió en una de las favoritas del público, aunque la banda no la toque en vivo con frecuencia. Publicada en el segundo disco homónimo de la banda, cuenta con 7:20 minutos llenos de riffs pegajosos y una batería que no deja nada qué desear y mantiene en alto todo el heavy metal de Iron Maiden. Es muy obvio por qué ha sido tan querida por los fans del viejo Eddie, el ritmo es tan pegajoso que si al querido lector y escucha no se le pega en la mente es porque, lamentablemente, le hace falta más tradición musical.

Por supuesto, la canción muestra al escucha un resumen rápido acerca cómo Erik ve a Christine y una pequeña impresión sobre cómo el propio personaje se ve a sí mismo y lo que pasa entre ambos.

I’ve been looking so long for you now you won’t get away from my grasp.

[…] And you know and I know that you ain’t got long now to last.

Por otro lado, el miedo y el rechazo con que ha crecido el pobre Erik son parte de la segunda estrofa, y por el otro, la ‘obediencia’ que éste tiene con la figura de la joven diva.

Yeah, I know that you’re gonna scratch me, maim me and maul.
You know I’m helpless from your mesmerising cat call.

Es una canción muy buena para quienes no estén acostumbrados a escuchar los poderosos solos que Iron Maiden tiene, es decir, es una buena forma de adentrarse a nuevos géneros. Es, en verdad, una canción viva que bien se puede alejar de la historia de Gastón Leroux y hacerla propia. Además, recalca la idea que se tenía desde un principio: un gan de Iron Maiden que no sea un ávido lector puede relacionar esta canción con la historia del legendario fantasma de la Ópera.

Sí, Halloween y Día de Muertos ha pasado, pero nunca está de más recomendar una canción y un libro con algunos aspectos fantasmales. Hasta otro miércoles.

De sueños y pesadillas.

La Pesanta, perrazo negro, grueso y pesado cual plomo, intensamente peludo[…] Pasa por el ojo de las cerraduras, por debajo de las puertas y, si le precisa, se filtra por las paredes. Se complace poniéndose encima del pecho durante el sueño y oprime la respiración, provocando pesadillas y sueños muy agitados y desesperados.

Joan Amades.

viajero del alba

Camino por un pasillo estrecho, húmedo, el piso y las paredes están frías y mohosas. Vislumbro una luz al fondo, sale del suelo. Escucho mis pasos en la oscuridad, mis pies descalzos y los charcos. Alcanzo la luz, desciende por una escalera profunda. Bajo, y luego de diez escalones no encuentro paredes de donde sostenerme, a cada lado percibo un precipicio diferente, ambos oscuros, siniestros y sin retorno. El aire, denso, dificulta la respiración, cada vez pesa más cada escalón. La luz se aleja, se desliza por debajo un una puerta, yo meto los dedos por la ranura intentando detenerla, huye de mí. Golpeo con los puños la madera enmohecida y resquebrajada de la puerta, la atravieso y mis brazos se llenan de astillas.

Dentro del cuarto se ha quedado a descansar el rayito de luz que persigo. Se ha posado al centro, al fondo de un jarrón de cristal. Cambian los delgados hilos de agua que bajan por las pareces cuando la esfera de luz se sienta en el vidrio, el agua ahora brota a borbotones, la presión revienta los muros. Todo vuelve a oscurecerse, sin que yo pueda hacer nada me lleva la corriente, me sumerge, no me deja respirar…

Oigo sonar mi despertador. Luego de unos segundos me queda claro que estoy a salvo en la tranquilidad de mi hogar, con la cabeza sobre mi mullida almohada, sin embargo, siempre encuentro un dejo, un retazo del miedo de quedarme atrapada en mi sueños aún después de despertar. Durante el día, al tocar la perilla fría de alguna puerta o al encender algún foco de luz cálida y amarilla, recordaré el hilo de luz que perseguía en mis pesadillas y el agua helada que me empapó y ahogó justo antes de despertar. Así para los personajes de Las crónicas de Narnia y La travesía del Viajero del alba el laberinto de los sueños terminó por envolverlos, cambiando el rumbo de sus historias. A la mitad de su viaje hacia el Fin del mundo, justo cuando necesitaban oír el dulce sonido del despertador, encontraron entre la niebla la Isla Oscura.

Los marineros a bordo del Viajero del Alba se sintieron emocionados y deseosos al oír que el lugar a donde llegaban era “la Isla en la que los sueños se vuelven realidad”, empero, sólo hicieron falta unos pocos minutos dentro de la isla para que todos sintieran un profundo arrepentimiento y su único deseo fuera nunca haber entrado ahí. Dentro del mundo de los sueños no parece haber modo alguno de salir; incluso los hombres poderosos y los hombres nobles, que despiertos parecen ser invencibles, tras años de estar atrapados en la Isla Oscura visten harapos y enloquecen.

                Habría sido mejor que me hubiera ahogado o que no hubiera nacido jamás. ¿Oís lo que digo? Aquí es donde los sueños… los sueños, ¿comprendéis? Se hacen realidad, se materializan. No las ilusiones: los sueños. Se produjo apenas medio minuto de silencio y a continuación […] se arrojaron sobre los remos para remar como nunca lo había hecho antes. (Lewis, 2005, p.232)

En la vida cotidiana se habla de la magia, la brujería y los monstruos como características de las pesadillas, se clasifican como sensaciones distantes a los sueños, se habla de ellas como otro de los obstáculos que impiden el descanso de las personas y se tiene cierta certeza de que parte del inconsciente sabe que en cualquier momento es posible despertar -aunque en muchos de los casos, la realidad no sea mucho peor que las pesadillas-.

La apropiación que Lewis nos regala es la perspectiva de la separación de un sueño, sea bueno y placentero o sofocante  terrible y la ilusión. Fuera de la Isla Oscura siempre tendremos la certeza de que algún chillido de alarma nos despertará, la verdadera pesadilla sería encontrarnos en algún lugar de la realidad onírica donde nuestros peores temores fueran reales y ningún despertador y ningún león narniano pudiera salvarnos.



Lewis, C. (2005) Las crónicas de Narina. La travesía del viajero del alba, “La isla Oscura”. Ed. Planeta: México.